Zaragoza está en la mitad del camino, por lo que aprovechamos de parar a almorzar y conocer un poco.
Esta es la Basílica de la Virgen del Pilar, es muy grande y muy bonita.
Comiendo las cosas típicas de Aragón. De primero paella y de segundo chuletas de ternasco.
El perfil mudejar de la Catedral de Zaragoza, una mezcla muy interesante.
Los molinos que nos hacía mucha ilusión conocer de cerca. No son los de Don Quijote, pero son una nueva fuente de energía.
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