jueves, febrero 28, 2008

Paris día 4

Cuarto día, 25 de febrero

Este día decidimos caminar hacia el otro lado que nos faltaba. Así que nos acercamos hacia el barrio de la Ópera. Pasamos por la Plaza de la Trinidad y entramos a la Iglesia del mismo nombre. Después pasamos por la Estación de San Lázaro y después por la Iglesia de San Agustín. En las esquinas hay grandes rejas por donde sale el aire del metro, aquí la Mofleta payaseando.

Esta es una típica esquina de Paris, con los edificios en ángulo. Después de la Iglesia de San Agustín pasamos por la Madeleine que es una Iglesia en forma de templo greco-latino. Tiene pilares en el frente y es de una sola nave.

Seguimos camino hacia La Ópera Garnier. De nuevo la Mofleta payaseando...

Fuimos hacia el Hotel de la Ville, pero antes en el camino pasamos por la Place Vandome, y todo el barrio de tiendas super caras de Paris. Cruzamos el parque del Palais Royal y nos quedamos un rato viendo como la gente vive la ciudad en todos sus rincones. Visitamos la Iglesia de Saint Eustache, que nos sorprendió por lo bonita y bien conservada. Después nos fuimos a ver el Centro de Arte Pompidou, pero no entramos porque era tan grande que no alcanzaríamos a disfrutarlo. Seguimos hacia el Sena, pasando por el Hotel de la Ville, que es donde se tomó la foto "El beso" de Doisneau.

Cruzamos el río nuevamente para ir a comer algo antes de enfilar hacia la Torre Eiffel.


Antes de llegar a los Champs de Mars, pasamos por el Hotel des Invalides que es donde está enterrado Napoleón.
Llegamos a ver la Torre Eiffel desde el lado contrario que el primer día. Mientras nos acercábamos más emocionados estábamos, pues decidimos subir y ver Paris desde el cielo.


Para subir hay que tomar dos ascensores. Uno que lleva a la segunda planta que sube por uno de los pilares (nosotros subimos por el pilar este) y luego hay que cambiar a uno que sube hasta la cima. Al principio teníamos un poco de vértigo, pero después te vas acostumbrando.

Desde la cima se ve todo Paris con mucho detalle. El Sena predomina y hay ciertos puntos muy claros que se ven con toda facilidad. Cuando llegamos arriba, estaba nublado, pero comenzó a atardecer y la ciudad se iluminó con los últimos rayos del sol.


Acá empezando a caer la noche, esperamos para ver todas las versiones posibles de la ciudad. Pero cuando ya se hizo de noche, empezó a hacer mucho frío, así que decidimos volver.



Una vez abajo tomamos la última foto como para despedirnos de nuestro encuentro con la Eiffel. Tomamos el metro y volvimos al hotel. Cada noche hacíamos un recorrido de lo que habíamos visto y vivido.

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